jueves, 22 de octubre de 2015


La Escuela Flamenca y Holandesa.


“La Contrarreforma se puso en marcha en el siglo XVI con la misión de reafirmar la fuerza del catolicismo sobre la Reforma protestante y pretendía alcanzar dos objetivos: una renovación desde dentro de la propia institución y una respuesta dogmática al nuevo pensamiento protestante. El Concilio de Trento (1545-1563) se creo a tales efectos y sus conclusiones fueron determinantes en el arte Barroco, ya que en gran medida este se constituirá en el medio propagandístico de la Iglesia Católica. Los aspectos iconográficos tales como:

- Claridad, sencillez y comprensibilidad.

- Interpretación realista.

- Estímulo sensible a la piedad.

Estuvieron condicionados por los planteamientos contrarreformistas.”

El Barroco es el estilo de la grandilocuencia y la exageración. Su expresión propagandística, el absolutismo monárquico y la Iglesia de la Contrarreforma utilizaron este movimiento y estilo artístico como manifestación de su grandeza. Mostrando mediante el arte que en ellos está la "Verdad" y el "Poder". Hecho en parte relativo, ya que el pueblo, “lo popular”, capto el nuevo sentido de Fe y Piedad, trasladando y compartiendo un nuevo sentimiento místico y espiritual a la experiencia individual y colectiva. Uno de los rasgos esenciales de este amplio período es que durante su apogeo las artes plásticas lograron una integración total: un arte en cruce o combinación de diferentes lenguajes y manifestaciones artísticas, que incluye la literatura.

 

EL CAMBIO DE MENTALIDAD COLECTIVA: RENACIMIENTO, HUMANISMO,

REFORMA Y CONTRARREFORMA

A. Pérez Blázquez, 2010.

http://clio.rediris.es/n36/oposicones/tema42.pdf.



“…Barroco implica en Europa dos comportamientos artísticos diferentes: el católico y el protestante, aunque dentro de cada uno pueda haber diferentes variantes. En los territorios que hay forman, los países de Holanda, Bélgica y Luxemburgo y que formaron parte de la corona española durante todo el siglo XVI, podemos diferenciar dos partes: la zona de Flandes que siguió bajo la tutela española durante todo el siglo XVII y por lo tanto fue católica y la zona de Países Bajos, lo que hay es Holanda, la cual se independizó en 1640 y donde el calvinismo se unió a las aspiraciones independentistas, en una sociedad de predominio burgués.

Si en Flandes se unieron perfectamente la Iglesia Católica y el Estado monárquico de los archiduques, en los Países Bajos se experimentó una unión paralela entre la naciente República y el protestantismo reformista. El catolicismo mantenía la idea de monarquía por derecho divino, mientras que los protestantes, que rechazan el autoritarismo religioso en todos los aspectos, tratan de relacionar a los fieles directamente con Dios, sin intermediarios y, por tanto, cada conciencia es responsable ante Dios y no ante la Iglesia.

La sublevación de Holanda contra España fue por motivos religiosos y, al mismo tiempo, sociales y económicos. Pero no fue una revolución de progresistas contra un rey anticuado sino todo lo contrario: la sublevación de una burguesía medieval, amante de sus prerrogativas, sus privilegios feudales, sus ciudades autónomas, frente al centralismo de la Monarquía absoluta de los Austrias; sus gremios y su estilo de vida, contra un rey que pretendía imponerles un sistema estatal centralizado racionalista y moderno [¿?]. La revolución de los Países Bajos fue una involución conservadora, sentando el precedente de lo que poco después sería la Revolución Inglesa.

El arte holandés estaba determinado pues por esta coyuntura social, por este tipo de pensamiento y por este tipo de público burgués que era su cliente y promotor. Ante todo no es arte religioso. La Iglesia deja de ser el principal cliente del artista. La iconografía holandesa, sólo excepcionalmente, es religiosa. Si acaso, conforme a la ideología protestante, se representan escenas del Antiguo Testamento.

Los temas holandeses son los de la vida cotidiana, retratos, costumbres, paisajes, bodegones, etc. Temas que habían sido tratados marginalmente hasta entonces y ahora pasan a ocupar el centro de la obra de arte. El artista se instala en el centro de la realidad doméstica que siempre ha tenido a su alrededor, pero que ahora descubre como centro y objeto primordial de su arte.”


(E. Valdearcos, “La pintura barroca holandesa y flamenca”, Clío 34, 2008.)
 

La Pintura Holandesa.


“En el siglo XVII Holanda se coloca entre las grandes escuelas de la pintura con un marcado carácter nacional, gracias al desarrollo de la burguesía, que demandó gran cantidad de cuadros en los que se mostrase su estilo de vida. Presta atención al dibujo. Los colores son fríos, y el resultado realista no es efectista. En realidad, el estilo está alejado del barroco profundo, salvo en el caso de Rembrandt. El tema preferido de los holandeses será el retrato, sobre todo el retrato colectivo, en el que aparecían los miembros de las corporaciones. Utiliza temas de la vida real y cotidiana, escenas de interior, naturalezas muertas, paisajes y retratos, individuales y colectivos. Los acontecimientos más banales merecen la atención del pintor.”
 Vermeer de Delft (1632-1675)


"El arte de la pintura". 1666. Museo de Historia del Arte de Viena.





 
 
(sigue..)
 
 

 

 

 








 

 

 
 
 
 

 

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